Por alguna extraña razón nunca se deshizo de aquellos 50 kilos de hombre.
Sentía una enfermiza atracción por su frágil mortalidad, su valentía ante lo inesperado, su impasibilidad ante lo inevitable y como no, por su pasión, su entrega.
Legba había visitado la cabaña en 8 ocasiones, había encontrado en más de una a el hombre rendido en la cama. Alicia, la pequeña hechicera del demonio, miraba al ser venido de las sombras con desconfianza y curiosidad, en más de una ocasión se sentó en su regazo y preguntó si él era su Papá. Legba desconcertado a pesar de lo mucho que había visto en su eterno peregrinar, aprovechando un descuido de la madre le susurró que si ella quería así sería, la cuidaría y tendría todo, TODO lo que anhelara. Alicia le preguntó si algún día podía marchar con él al otro lado de la sombra, Legba acarició la larga melena de la niña y volvió a susurrarle que si así lo deseaba, así sería, siempre ocuparía un lugar privilegiado, siempre y cuando hiciera méritos para ello...
8 Almas puras e inocentes, una por año.
Victoria, cada año era mas hermosa, mas radiante, su poder, su magia alcanzó su máximo esplendor.
Mediante el control mental - una de sus habilidades - conseguía tratos con hombres poderosos, obteniendo grandes beneficios económicos, tenía grandes posesiones en inmuebles, arte, finanzas...
Pasaba largar temporadas en sus áticos de lujo. Se había convertido en una mujer tan admirada como deseada por todos los hombres y alguna mujer... su inmensa y extraordinaria cama siempre estaba templada porque siempre había almas tan pervertidas como perdidas esperándola.
Siempre volvía a la cabaña en vísperas de la visita de papa Legba. Preparaba sus brebajes, se bañaba en el lodo del pantano, y traía al alma cándida para el ser de las sombra como pago anual.
En el décimo aniversario Legba la estaba esperando. Lo vio sentado en una silla de madera carcomida.
Por primera vez en mucho tiempo la sorpresa era equivalente al temor, ¿Quién lo había llamado?... Había que entonar unas palabras para que acudiera a ti, ¿ quién portaba esas palabras con tanto poder como para que fueran escuchadas?
La respuesta vino sola, Alicia servía a Papa un brebaje, por el dulce olor que desprendía supo que era el favorito de aquel ser supremo, el de belladona.
Dejó caer a plomo la bolsa de viaje color verde oliva. "Bienvenida a casa Victoria" aquella frase advertía cierta sorna. Victoria cogió un vaso y se acercó a la mesa, Alicia con la misma falta de tacto que su madre, lo llenó hasta hacerlo rebosar...
- Este año tiene una carga mayor y como tal el pago debe ser equivalente. Ése alma es poca cosa para 10 años de plenitud. - miró con desprecio a la zombie que se mantenía en pie a duras penas junto a la puerta de la cabaña-
Victoria permaneció en silencio, bebió de un sorbo todo el brebaje derramando por la comisura de sus carnosos labios parte del líquido. En su cabaña perdía toda compostura y modales exquisitos ¡¡¿Entonces tu dirás?!!
-Bueno... -Papa llenó él mismo su vaso y ésta vez lo cedió a la niña. Alicia lo cogió sin contemplaciones y bebió- Este año Alicia se viene conmigo.
- De qué estás hablando... ese no era el trato. Mi hija está al margen de todo ésto. A ella no te la puedes llevar.
- ¿Estás segura de que no aceptas mi petición? Debes recordar que si no me das lo que te pido el contrato termina... Te veo radiante, exuberante e irresistible. ¿Quieres acabar con todo eso por una niña que desde el mismo momento en que la engendraste ha sido mas mía que tuya?
- Yo quiero irme con papá. Alicia se posicionó al lado de Legba y le cogió la mano.
- Lo vez mujer. Alicia y yo nos entendemos, hemos llegado a un acuerdo. Se viene conmigo. No hay más que hablar. El décimo pago está hecho. A partir de ahora podrás verla una vez al año. En mi visita anual la niña vendrá conmigo.
- De que acuerdo hablas... es una niña, carece de sentido común, es un trocito estúpido de carne ¿No la ves?
- Mis acuerdos son de mis clientes y mío. Francamente mujer... no son de tu incumbencia ...
Legba se levantó sin soltar a Alicia de la mano, se dirigió al negro rincón.
"Adiós mujer" dijo el ser supremo.
"Adiós Victoria" Dijo su hija sin dudar, llamándola por su nombre abriendo una brecha infranqueable.
... Desaparecieron.
Victoria aunque petrificada por los acontecimientos fue incapaz de saborear la amargura, la pena o la desolación. Se quedó plantada en el sitio, bajos los efectos perturbadores y delirantes del brebaje.
Empujó hacia fuera de la cabaña a la zombie que ya era innecesaria y se sentó en una silla.
...
El crujir de la madera de la puerta la hizo despertar del ligero trance.
La puerta se abrió dejando entrar los últimos rayos de sol de aquel interminable día.
Los 50 kilos de hombre entraron.
Su verdadera debilidad...
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"A veces tengo miedo de mi corazón,
De su hambre constante de lo que sea que quiere.
La forma en que se detiene y comienza otra vez. "
Edgar Allan Poe
Nieves, es una historia buenísima y muy emocionante, y cada vez se va complicando más.
ResponderEliminarEspero impaciente la continuación.
Besos, buen finde
Esta mujer va de mal en peor!!! Cada vez papa Legba le pide más y esta vez ha ido demasiado lejos llevándose a su hija. Cómo acabará todo esto???? :)
ResponderEliminarMil besos!!
MUCHAS GRACIAS CHICAS!!!!
ResponderEliminarMIL BESOS
:)
Hola Nieves, tus historias muestran tu gran imaginacion y el detalle de cada letra en la narracion....
ResponderEliminarAbrazos
*Lapislazuli, me alegra muchísimo tu visita y como no estas palabras que me dedicas siempre tan amables.
ResponderEliminarMuchas gracias u beso grande amiga !!!
:D
Nieves, me da escalosfríos leer este cuento tuyo, creo que lográs el efecto deseado! Medio atrasada por culpa de una pequeña tirana, acá sigo expectante! Un abrazo
ResponderEliminar* Cristina, En un principio parecía que esta historia no era muy seguida y decidí no publicar más capítulos a pesar de tener el último en bastidores. Lo que me dices me ha animado en publicarla. Y es de justicia admitir que vos habéis sido la que me diste el último impulso. Mil GRACIAS amiga!!
ResponderEliminar:)