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♥ Entra y siéntete en casa ...

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viernes, 13 de diciembre de 2013

Honestidades y triunfos

Era uno de esos días oscuros, en que no puedes pensar y sientes que todo ha acabado, que el camino equivocado llegó a su fin...


La había estado observando desde hacía días y la verdad se reflejaba en su mirada, mirada mate sin expresión.
Aaron miraba por la ventana, esperando una respuesta en un horizonte inexistente.

Seguía siendo la misma mujer,
 con su misma piel blanquecina y suave,
 la de la sonrisa fácil,
la que se achispa con cualquier licor,
 la misma que sobrevivió a un infierno de infancia sin machacar su alma.
Si...  era la misma,
 la que le gustaba leer medio desnuda sin pudor,
 la que lo enamoró a carcajadas,
la que lo amó sin dejar nada para mañana.

La había estado observando desde hacía días y  descubrió que ya no la reconocía, siendo la misma mujer  sentía un muro invisible, cada vez mas difícil de traspasar.

Ella se acercó al apesadumbrado Aaron, que seguía apoyado en la ventana, preguntó que ocurría.

"Siempre estoy dispuesto a empezar, cuando las cosas no van bien se deben intentar arreglar.  Si tienes algo que decirme me lo tienes que decir,  le daremos una solución sea cual sea"

Ella deambuló por la estancia hasta terminar  en el sillón sentada sobre sus piernas. Él la siguió con la mirada, se acercó a ella y le dijo que la quería.
- Gracias... nunca me voy a acostumbrar a que alguien me diga eso sintiéndolo de verdad.

Aaron terminó diciendo en voz alta lo que su mente llevaba tiempo susurrándole;  "siento que esto se acaba".  Ella agachó la mirada.  "No quiero que me des las gracias por quererte, quiero que me digas si me quieres, aquí y ahora"
Mirando a los ojos a su querido Aaron se le llenaron los ojos de lágrimas y sin dejarlas salir decidió contarle que no lo quería.

- Se puede saber que te pasa...  es que no te entiendo.  Su voz se mezclaba entre tristeza, enfado, nerviosismo, derrota...

- Espera vamos a hablar tranquilamente.

- De qué quieres que hablemos.  ¿ Cuánto tiempo hace que has dejado de quererme,  me has querido en algún momento?  ¿Cuánto tiempo hubieras esperado sin decir nada sino hubiese sido yo el que dijera algo sobre esto? No creo que haya mucho que hablar,  Yo te quiero y tu a  mi no. No veo mucho que añadir a eso... no sé.

- Es que no es tan sencillo, no creas que no me gustaría quererte, pero es que... simplemente, no me sale.

Aaron sentía como su amor gritaba ser quemado, y se quemaba, y ardía consumiéndose en fría perplejidad. Fingió  no importarle demasiado. Preguntó que deberían hacer, cosa que ella sin demasiados argumentos no pudo responder,  ya que las lágrimas comenzaron a brotar por sus mejillas.
Él se sentó un instante junto a ella y le pidió que no llorara,  no debía de llorar sino todo lo contrario, ya no tendría que fingir más, a partir de ese momento sería libre en sus pensamientos, en sus actos.
Se marcharía al campo.  Aaron  trabajaba en una  zona agrícola propiedad de su hermano y sabía que  tenía bastante espacio para acogerle, no la llamaría, dejaría reposar todo aquello durante una temporada, pero tampoco se marcharía demasiado lejos.  En el fondo tenía miedo a alejarse tanto como para que cuando se diera cuenta hubiera otro hombre en sus brazos.  La amaba sinceramente, y quería ser el hombre que llenara su corazón, pero hasta que ella no lo llamara o fuera en su busca no la molestaría. Eso fue lo último que le dijo antes de cerrar  la puerta  y marcharse en la motocicleta.

...


Los días fueron pasando... primero lentamente, podía contar los minutos que pasaba alejado de ella, se preguntaba constantemente como estaría, porqué no llamaba.   Después los pensamientos fueron expandiéndose en el tiempo, los días de trabajo en el campo fueron pasando, la cosecha que recogían terminó... y llegaron otras, otras y otras.... las horas se hicieron días, los días meses,  el tiempo pasó y ella nunca llamó.


Ahora cuándo Aaron lleva a su hijo David a entrenar  al campo de fútbol suele encontrarse con ella, la observa a distancia, sentado en la grada, mientras anima a su David (Delantero del equipo Junior del pueblo)
Apenas se hablan, a veces es ella la que a distancia le levanta discretamente la mano para saludarle, él le devuelve el gesto y la sonríe,  observa a la niña que corretea a su alrededor, ve como se despide de la pequeña que sale al trote directa a las clases de atletismo.  Hay días que viene acompañada de Juan, el hombre que llegó de lejos y terminó casándose con ella.
Los años han sido como una estrella fugaz, tan pronto la descubres termina desapareciendo... y su recuerdo es tan efímero que piensas si en verdad la viste o fue un simple destello... -así es como recordaba aquellos días tan lejanos y perdidos en el tiempo-

Da palmas y anima a grito limpio a su niño mientras su mirada se desvía hacia ella, que sigue recogiéndose el pelo con la misma soltura, sigue utilizando aquellos zarcillos que tuvo perdido durante meses y que él encontró detrás del mueble azul.

Todo se desvanece...  como agua que se la lleva la corriente.  Cuando Ana aparece por el recinto es a ella a quien dirige su mirada, todo desaparece...  Que diferente hubiera sido su vida sin ella, le devolvió la luz en una vida que quedó a oscuras, cuanto miedo tenía y que grande era el abismo en que se encontraba...
Ana fue valiente, y paciente, sabía que Aaron era el hombre de su vida. Cuando llega a su lado siempre se deja caer entre sus brazos y le da un beso, le atusa el pelo para arreglarle el flequillo porque siempre  dice que anda despeinado. A veces esperan un rato en las gradas, es muy delgada y apenas le pesa cuando se sienta en su rodillas, le gusta su olor y el tacto de su mano.
David siempre llega agitado y sudado, ella le da un beso y le dice que es un gran deportista mientras que volvemos los tres a casa,  ya apenas pienso en ello pero a veces recuerdo que...

Fui yo quien hice saltar la chispa 
para ver cómo todo se destruía
y acabé quemándome...
en su fuego


Ana me quería, me quería sinceramente, curó mi corazón y lo llenó de vida y risas, cuando la miro, descubro el verdadero  significado del amor, ese que no se puede explicar, que simplemente se siente,  ese que se convierte en el primero porque todos los demás desaparecen sin más.
... Y Aaron la quiere, la quiere sinceramente, llevan una vida sencilla,  familiar y sin demasiados lujos. El trabajo de sol a sol y las atenciones de su hijo apenas le dejan momentos para disfrutar de ratos de soledad...  pero él siempre  busca ese momento para cantarle su canción, esa que cuenta todo lo que siente y que nunca cree saber expresarle.









Tú llenas todos mis sentidos 
Como una noche en el bosque 
Como las montañas en primavera 
Como un paseo bajo la lluvia 
Como una tormenta en el desierto 
Como el tranquilo oceano azul 
Llenas todos mis sentidos 
Ven, vuelve a llenarme de nuevo 

Ven, déjame amarte 
Déjame darte toda mi vida 
Déjame ahogarme en tu risa 
Déjame morir en tus brazos 
Déjame permanecer a tu lado 
Déjame estar siempre contigo 
Ven, déjame amarte 
Vuelve a amarme de nuevo 

Tú llenas todos mis sentidos 
Como una noche en el bosque 
Como las montañas en primavera 
Como un paseo bajo la lluvia 
Como una tormenta en el desierto 
Como el tranquilo oceano azul 
Llenas todos mis sentido 
Ven, vuelve a llenarme de nuevo

6 comentarios:

  1. Es que el amor no correspondido y trunco duele toda la vida, sin embargo Aaron comprende que debe mirar hacia adelante aunque no pueda evitar la nostalgia, muy bueno Nieves, y simpático el Papá Noel y su trineo corriendo a través de la página, un abrazo!

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  2. Bonita historia!!!! Parece que cuando se termina un amor nunca nos vamos a recuperar... y en cualquier momento aparece nuestro verdadero amor y todo cambio de nuevo....Es maravillosooo!!!
    Preciosa canción!!

    Mil besos!!!!

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  3. Nieves, preciosa historia.
    Quizás ahora sea más feliz de lo que pudo imaginar.
    Besos

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  4. Bella historia, el desamor duele, pero encontró a Ana y le regala preciosa canción
    Abrazos

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  5. La vida sigue, y sigue cargada de cosas nuevas... y buenas.Porque hay muchas personas a quien querer, no solo una, porque hay muchos trabajos, no solo uno, porque se puede empezar cuantas veces sean necesarios, y lo de que cualquier tiempo pasado fue mejor ¡es mentira!

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  6. *Cristina, Siempre hay que mirar adelante y estar dispuesto a empezar, cuando te aferras a un pasado tiendes a aferrarte a un imposible y eso termina consumiéndote en una infelicidad casi con toda seguridad.
    Mil besos Cris :)


    *Patry, en el momento en que vivimos el desamor parece que no habrá un mañana, pero lo hay, y tanto que sí... lo importante es saber ser honesto contigo mismo, no engañarte y seguir tu vida, seguro que en algún momento vuelve el amor... siempre vuelve.

    Mil besos :)


    * Verónica, Seguro que si, el amor tiene esas, cuando se encuentra de una forma verdadera la felicidad renace y se siente como si fuera la primera vez.

    Mil besos ;)

    *Lapislazuli, A veces te aferras a una relación que se intuye que no tiene futuro, en esos momentos hay que ser valiente y coger otro sendero aunque eso implique soledad y melancolía , pero para mi es mucho peor el engaño.
    El renacer de un nuevo amor es de lo mejor que la vida nos regala.

    Besos :D

    *Rubén Me encanta tu perspectiva de ver la vida, porque siempre está cargada de sensatez. Yo también he puesto en duda ese dicho que mencionas, el pasado siempre tendemos a idealizarlo, el futuro está cargado de esperanza y en él podemos construir todos lo que queramos.

    Un fuerte abrazo Rubén :)

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Hola chic@s!!!!
Gracias por visitarme, por estar y compartir tus pensamientos....