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♥ Entra y siéntete en casa ...

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miércoles, 4 de diciembre de 2013

Extraordinariamente divertido III

Las luces de la Navidad habían llegado a la calle de los Robles al igual que en toda la ciudad.  La nieve había hecho acto de presencia y se posaba por los árboles, los quicios de las ventanas, las fuentes de los parques y los bancos de los jardines...

Faltaban pocos días para noche buena y eso parecía provocar en todos un peculiar estado de nerviosismo. El bullicio de las calles  era a ciertas horas insoportable, todos querían tener sus compras preparadas, todos parecían reunirse con los amigos sólo en aquellos últimos días del año.

En el ático de Marisa era todo paz y sosiego. Hacía un par de días que Eusebio había desembalado el árbol navideño y lo había montado en un rincón del salón,  junto a la ventana, Marisa  ponía pocos adornos en él, algún dorado, muchas luces blancas  y todas las postales  que sus amigos le mandaban en el año. Eusebio estuvo largo rato leyéndolas y mirando las fotos de todos los rincones del mundo donde Marisa tenía amigos.

Una de esas mañanas planearon ir juntos a  casa de Eusebio,  se levantaron temprano para no llegar demasiado tarde.  Sería sobre las 11 de la mañana cuando introdujo las llaves en la puerta. Era una casa grande, Marisa se sorprendió al verla.  Se notaba que era muy antigua pero se conservaba muy bien. Estaba bien pintada, bien decorada,  no muy moderna pero tampoco desfasada en el tiempo, digamos que con estilo personal y funcional.

- Ven, quiero enseñarte una cosa.  Cogió de la mano a Marisa y recorrieron un largo pasillo, al final,  una puerta a la izquierda.

Eusebio abrió la puerta y sin encender las luces dieron un par de pasos hacia dentro.  Marisa enmudeció. "nunca me dijiste que tenías esto".    El habitáculo era grande, no demasiado pero lo suficiente, enfrente,  un amplio e inmenso espacio central de la pared estaba ocupado por una lona blanca muy  similar por  no decir exactas a las de las salas de cine,  alineados (no  más de veinte),   unos butacones con aspecto de ser de lo más cómodos, junto a ellos, a la izquierda, un reproductor de cine, una amplia estantería donde se intuía había una  gama cinematográfica nada despreciable.

- Aproveché un trozo de lona rota que iban a tirar. El proyector se quemó... se supone que iba para la chatarra pero mira... sólo tuve que comprar un par de piezas y mira, apenas lo he probado, un par de veces, me fui contigo y lo olvidé.


Este hombre era una pura sorpresa, cuando parecía que no había mucho más que saber de él te ponían ante tus ojos una nueva faceta, un nuevo capítulo de su vida.
Recorrió varias estancias de la casa y fue recogiendo cositas de aquí y allá... mientras,  Marisa fue paseando por la casa, sin mas intención de mirar los pequeños detalles, las fotos y los cuadros de las paredes, las vistas de las ventanas...  hasta que decidió sentarse en el salón.

Abrió la ventana, el sol entró y regaló un poco de su calor,  era ya casi la hora del almuerzo,  habían quedado en llamar a uno de esos establecimientos de comida rápida.
El hombre se sentó un momento en uno de los sillones del salón, se incorporó y fue abriendo algunas de las cajas de maderas que a modo decorativo descansaban sobre una mesita baja...  barajas de cartas, libritos de teléfonos personales, bolígrafos... un paquete de cigarros...  lo cogió entre sus manos y observó que aún quedaba alguno, lo lanzó a la mesita.  Junto al sillón, de rinconera había un mueble con algún libro y álbumes de fotos, Marisa los había estado mirando hacía unos minutos.
Eusebió cogió uno de los álbumes...


Marisa recorrió presurosa el pasillo al oírle  llorar.

- ¡¡ QUÉ PASÓ !!

Se sentó junto a él buscando una explicación a su llanto.

- Hoy no estaba preparado para verlos.  Tenía el álbum de fotos cerrado entre  sus manos.

- ¿ A quién ?

Buscó con las manos temblorosas el paquete de cigarrillos y encendió uno, a Marisa le sorprendió, nunca lo había visto fumar más que en la cena de Navidad de la empresa hacía un año.

- A Sveta  -balbuceó, se retiró las lágrimas del rostro, volvió a abrir el álbum y se lo cedió a Marisa-

Marisa miró las fotos  mientras que el desconsolado hombre le narró una historia que ocurrió hace años en un lugar con nombre impronunciable para ella. Sveta era la madre de su hijo  Nikolay, la conoció porque trabajaba en una tienda de discos  en la que solía comprar.  Él trabajaba  en un bar cercano, tuvieron una relación de siete años... un día Sveta volvía con Nikolay a casa,  la carretera tenía demasiado hielo, el coche patinó y no pudo controlarlo, cayeron por un puente  a un río helado.

- Hoy no estaba preparado para verles, hacía mucho que no veía estas fotos,  he pensado en quemarlas, en destruirlas...  porque el verlas es un constante martirio.



 Nació un Viernes a las cinco y cuarto de la tarde.
Tenía los  ojos de su madre, y sus pies eran iguales que los míos. 
No lloraba nada, era un bebé muy bueno, a veces lo cogía en brazos para darle vueltas por la plaza.




A los tres años lo llevaba mucho al zoo, le gustaban los gorros,  no podíamos salir sin ellos.
Siempre quería que nos hiciéramos fotos con ellos puestos.
Le gustaban las piruletas, a Sveta no le gustaba que comiera chucherias, y se las compraba en secreto, nos hacíamos fotos comiéndolas para que cuando Sveta fuera a recogerlas del rebelado descubriera nuestro secreto.



Aunque no te lo creas fue mi primera relación, la quise tanto...  pensé que enloquecía en aquellos días, no pude marcharme de Rusia, tenía la extraña sensación de que si me marchaba los olvidaría...
 - Acarició la foto-
Han pasado seis años, creí que no volvería a vivir más, desde entonces estaba tan cansado,  la pena pesa mucho, mucho, demasiado, te agota, te machaca el alma, estaba convencido de que no amaría a ninguna otra  mujer ...  estaba tan  equivocado...  Nunca hubiera imaginado que tenía que volver,  que tenía que hacer justo lo contrario de lo que mi corazón me mandaba para seguir adelante, para encontrar a la mujer que me resucitaría.




Marisa estaba atónita, paralizada, lo que estaba escuchando sonaba hueco en su cabeza, se sentía aturdida, qué  podía decirle que no sonara a frases hechas, ella tampoco estaba preparada para escuchar algo así, las fotos tomaron un cariz fantasmagórico, triste,  mirar esas fotos hacía que tu alma se rompiera y ese peso del que hablaba Eusebio se asentaba en tu pecho, casi no podía hablar por la congoja.

- No sé que decir para consolarte, me gustaría desear que estuvieran aquí contigo, que no hubieras tenido que pasar por esta tortura,  pero no puede ser, no puedo ni imaginar el dolor que sientes y la pesadilla que has  tenido que vivir. Sólo quiero que sepas que si te puedo ayudar en lo que sea, cuenta conmigo.    -Le retiró los restos le lágrimas mudas que aún recorrían  su rostro, de esas que caen sin apenas quererlo-  ¿Sabes lo que vamos a hacer? Vamos a comer fuera, al bar de los candelabros azules, pasaremos el resto del día por ahí haber a donde nos lleva.

Así lo hicieron, almorzaron en el bar favorito de Eusebio,  después pasearon un rato por el parque hasta llegar a "Roca dura" un bareto donde había billares, juego de dardos ...  Llevaban un rato cuando entraron  Antonio y Carmen por la puerta, Eusebio miró a Marisa cómplice,  teniendo la certeza que había sido ella quien los había llamado.  Finalmente pasaron una tarde divertida los cuatro jugando al billar y tomando alguna que otra cevecita.
Antonio los llevó a casa, antes de que cerraran la puerta del vehículo, les recordó que en dos días era su barbacoa.

...

Cuando llegaron a la casa de Antonio y Carmen todos habían llegado, el ruido de las risas se escuchaban en el patio trasero, casi todos eran familias con hijos.  Carmen le presentó a las chicas a Marisa.
Ella y Eusebio apenas se vieron en toda la tarde, ella con las mujeres hablando de los niños, los colegios y de recetas caseras,  él con los hombres hablando de  fútbol, política,  y de motores.  Ella descubrió que los tiempos no cambian y que aquella escena era gemela a cualquiera de las que recordaba de sus padres cuando ella era pequeña y se juntaban con amigos.
Todos se fueron marchando y cuando se dieron cuenta eran ellos los últimos en marcharse, "quedarse a cenar, además podéis quedaros en el sofá-cama".
A ambos le pareció  bien,  los amigos tenían confianza para ello. La chimenea iluminó y dio calor a la velada, que en su mayoría del tiempo se enfocó a contar las viejas historias de adolescencia, antes de marcharse con el circo. Esas viejas historias los hizo llorar, pero esta vez de risa. Marisa estaba tan contenta que tenía la sensación de que el día se le había escapado demasiado rápido.

El reloj de cuco marcó las dos de la madrugada cuando ya estaban en el estrecho sofá-cama.
Eusebio se arrinconó para dejar más espacio a ella.

- Te lo has pasado bien?
- Siiii -susurró- y tú
-Si.  Has hecho buenas migas con las chicas eh?,  ¿de que hablabais tanto?
- Pues que quiere que te diga, mejor que no lo sepas, sé todos los entresijos de todos los matrimonios...  -ambos rieron-  ¿ De quien era la moto en la que te vi montado?  Se te veía muy bien subido en ella.
- Era de... creo que le llamaban Álvarez, estuvimos apretándole unas pocas tuercas, era una buena máquina.

Se quedaron en silencio,  minutos de silencio, se escuchaba el crepitar de la hoguera que a la vez iluminaba el salón con doradas tonalidades.  Él le preguntó si tenía frío y ella le respondió que no, gracias al calor de la chimenea. Ella le preguntó si estaba cómodo, él se quedó un momento parado, mudo, entonces él la agarró por la cintura y la acercó a su cuerpo, "ahora estoy mejor"  se sonriendo y él le dio un beso esquimal,  "te amo".  Ella acercó sus labios,  deseaba tanto un beso suyo...  él seguía inmóvil, con su sonrisa en penumbra dorada, "bésame" .  Solo entonces él se acercó lo suficiente y la besó,  un beso que se alargó  mucho más de lo que hubieran imaginado.

- ¿Me quieres? - susurró-
Asintió con la cabeza y siguió hablando con el mismo tono de susurro - Claro que si.  Lo que siento por ti no lo he sentido nunca, te quiero, siiii , te quiero.
- ¿  Me aceptarías como compañero, cogerme de la mano y seguir adelante juntos toda la vida ?   le cogió la mano a ella y las enlazaron.
- Si.  Viviría mil años como el que hemos vivido,  hace mucho tiempo que no imagino mi mundo sin ti. Ya  formas parte de mi vida, ya te sentía mi compañero. 

Él le dio un beso en la frente,  la volvió a besar,  acariciándola, envolviéndola entre sus amorosos brazos.  Habiendo tenido mil  momentos de soledad e intimida, resultaba irónico que aquella situación tan esperada como deseada para ambos desde hacía mucho tiempo,  surgiera  fuera de su hogar, donde  la casa ajena debía respetarse sobre toda las cosas.
 Dejaron pasar parte de la madrugada,  mudos, mirándose a los ojos, acurrucados... hasta que el sueño los venció.





11 comentarios:

  1. Este final de cuento se lo merecen los dos! Muy bueno Nieves, un abrazo!

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  2. Nieves, me acabo de poner otra vez como seguidora porque OTRA VEZ no aparecías en las actualizaciones, paciencia, un abrazote!

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  3. Me encantó la deriva que tomó la historia y lo bien resuelta que está. Si llega a terminar mal no me habría gustado, estos días ando con un poco de "saudade".
    Un abrazo.

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  4. Ohhh preciosooo!!!! Me ha encantado la historia de él. Y el final ha sido de los míos, acurrucados junto a la chimeneaaaa...( con lo que me gusta a mi una chimenea y sobre todo con buena compañía,jajaja)

    Mil besos!!!!

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  5. Los álbumes de fotos antiguas los carga el diablo... Me has emocionado con esta historia. ¡A veces hace tanta falta un beso de esquimal!

    Un beso, Nieves

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  6. ¡Preciosa historia!
    Pienso que están hechos tal para cual.
    Besos Nieves, buena noche

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  7. Un final dulce y que ambos se merecían, sobre todo él, con su triste historia a cuestas.
    ¡Muy bien, Nieves!
    Abrazote.
    :D

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  8. Me ha gustado mucho tu blog, volveré para leerte.
    Abrazos.

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  9. Es como que el texto no parara de decir que esa pareja merece ser feliz pero ... algunos textos sugieren más de lo que dicen y eso es un mérito grande Nieves, la capacidad de sugerir que hace que la historia vaya más allá de lo escrito.

    Besos

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  10. Creo que si existen las almas gemelas, o quizás personitas como los personajes que se llevan tan bien desde el momento que los conocemos, Un abrazo Nieves, Hermosa Historia

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  11. * Ay Cristina muchas gracias por tu fidelidad y perseverancia a pesar de este "boicot" que de cuando en cuando persiste.
    Y no tengo problemas con tu blog así que mi visita está asegurada.

    Mil besos amiga :)

    Tejón, Todos tenemos momentos de saudades, espero que no se extiendan en el tiempo y vuelva tu personalidad risueña pronto.

    Muchas gracia por tu comentario, Besos ;)


    * Patry, es que las chimeneas son idílicas y con compañía especial de lo mas románticas :) Me alegra enormemente que te gustara el desenlace.

    Mil besos :)

    *Dorothy, los álbumes son terroríficos, sobre todo mirando las modas pasadas que destruyen nuestra imagen presente. jajajaja
    Creo que no hay cosa mejor que te digan que has emocionado con la historia que escribes. GRACIAS Dorothy :D
    A mi los besos modo esquimal como que me encantan. :D

    Mil besos!!!

    *Vero, pues si, quiero imaginar que la vida juntos le cure todas las heridas y su amor sea para siempre, siempre, siempre...
    Mil besos amiga :)

    * Mirella, hay personas que llevan acuestas un pasado demasiado triste, demasiado demoledor y cuando la suerte le toca en algún momento de la vida, como que parecen que tienen miedo a que todo se desvanezca... esas personas se merecen especialmente un poco de amor extra. No crees ?

    Mil besos :)

    Rayén, Muchas gracias por comentar , me alegra muchísimo tu comentario, espero que vuelvas, eres bienvenida.

    Besos :)

    * Jaal, Muchísima gracias por tu comentario, me hace pensar que el relato llega a calar en lector y eso me gusta, porque cuando se escribe no siempre se consigue .
    Besos :)

    * Johossef, Yo no sé si llamarlas almas gemelas, pero sé por experiencia que en ocasiones conectas con personas desde el momento que las conoces, en cambio con otras no conectas nada por mucho que lo intentes.
    Todo el mundo debería conectar con alguien de eta forma tan intensa. No crees?

    Besos !!
    :D

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