Valentina era artista, dibujaba y se ganaba la vida vendiendo sus obras.
Comenzó a dibujar en aquel bloc de dibujo, con la rutina de siempre, lo había comprado en su tienda habitual, era como otro cualquiera aunque no tardó en apreciar que todo lo que dibujaba se materializaba en su vida cotidiana.
Desde el momento que lo descubrió su vida personal y profesional fue una cascada de éxitos y buenas noticias, la vida perfecta e idílica que toda persona triunfadora y emprendedora desearía tener.
Un día decidió dibujar lo último que le faltaba para tener una vida de ensueño.
Segada por su inesperada borrachera de poder olvidó... perdió la razón creyendo que en ese bloc de dibujo impregnado de maléficas intenciones se podrían plasmar tales sentimiento y obtenerlos sin más...
Ese día comenzó su declive.... su pesadilla...
Nieves, qué suspenso! Qué pedirá esta mujer? Un abrazo, quedo a la espera...
ResponderEliminarNieves, intrigante historia. Un@ no debe confiarse demasiado en las cosas ya que después pasa lo que pasa.
ResponderEliminarBesos, buen finde
Impresionante relato!!! Olvidó que los sentimientos no se pueden dibujar ,no? Espero la segunda parte....
ResponderEliminarMil beso!!!!!
Nieves, ahora te falta escribir la segunda parte: cómo fue la vida de la chica después de ese pedido.
ResponderEliminarUna historia muy original.
Un beso.