Mi amigo Baltasar

Desde pequeña he tenido una especial sintonía con África, recuerdo que si podía elegir,  todas mis muñecas eran de raza negra,  podría decirse que tenía una relación secreta con ese continente  tan cercano... Lo veía cada verano cuando me sentaba en las arenas de las costas gaditanas, su silueta se dibujaba en el horizonte algunos días mas claramente que otros.

Es lo mas cerca que voy a estar de esas tierras porque si soy honesta y sincera no duraría mucho en aquellos lares, yo que resulto tan "tiquismiquis" en no pocas ocasiones, yo que soy tan urbanita y sensible.

No. está claro que esas tierras son para gente valiente, personas todo terreno y duras, duras para estar, ver y sobrevivir en un mundo muy distinto al que conocemos.
  Debo ser honesta y África está en mis sueños, en esos pensamientos idealizados donde el sol no te abraza y  el aire caliente como  del mismo infierno es tan sólo la climatología del lugar,  pensamientos donde no hay mosquitos que te hacen transfusiones en cada picadura, ni personas que vagabundean esperando un barquito para atravesar un trocito de mar que les lleve a un continente de ensueño... No, en mis pensamientos idealizados el sol de cada atardecer es una postal,  y no hay ningún peligro, vendría a ser como un hermoso jardín, como el mismísimo Edén.

Lo mas importante de todo es que en algún lugar de todo ese continente,  vive mi amigo Baltasar..

...   ...   ...

Cuando era pequeña, no sé que edad podía tener,  en la noche de Reyes, vino a casa el Rey Baltasar a dejarnos los Regalos, Gaspar y Merchor  estaban en las casas vecinas. Yo estaba tan emocionada que no presté atención a los regalos ni a los caballos de la puerta, mis ojos se llenaban con los ropajes del Rey Mago, en un momento dado el Rey me sonrió y me guiñó un ojo.

-  Nieves... Has sido buena?

Yo con un acto de sinceridad negué con la cabeza.

Todos rieron... yo no entendí porqué... Seguramente en aquellos días había hecho alguna trastada y fui sincera.

- El año pasado no me traiste lo que pedí.   Rematé.

- Mandaste la carta?

- Claro!!!

- Que raro...   Baltasar se acercó a mí, se agachó - olía raro, como esas bolitas blancas que tenía la abuela en los armarios-  La mandaste "Al lejano oriente" verdad?

Ascentí con la cabeza

- Yo vivo en África, mándame tus cartas allí,  -susurró- No lo olvides Nieves.... Pon Rey Baltasar. ÁFRICA, el cartero sabe...

Desde ese año mando las cartas a África, el cartero sabe donde llevarlas porque desde entonces todo lo que le pido me llega. Mi madre las leía siempre primero... para que no tuviera faltas de ortografía y se las daba al cartero porque él las llevaba a un buzón especial que tenían en correos.

Debo de confesar que llevo años sin escribirle, él debe  entender que he crecido, que  hay muchos niños que tienen prioridad, pero yo de ves en cuando le mando una Posdata en las cartas de mis sobrinos. 

Y cada año hay un paquete, distinto a los demás, lo veo a primer golpe de vista, porque no tiene brillos, ni dorados, ni lazos, no tiene nada especial, sin embargo es el que mas me gusta, está envuelto en papel de periódico...    las letras del papel  están escritas en un idioma que no entiendo, eso me aclara que viene de lejos.
  Todos quitan las moñas y los adornos..  Yo desenvuelvo lentamente, en el continente africano no debe haber mucho papel dorado, ni lazos, ni moñas, y ese papel de periódico es lo ideal para empaquetar, a veces viene con una cuerda  de cáñamo para asegurar que no se abra...

Algunos años es pequeño, otros mas grande, pero ahí está...  sea como sea es el regalo de Mi Rey favorito... de mi amigo Baltasar...