Me siento en el asiento y me pregunta si estoy cómodo a la vez que empieza a limpiarme los zapatos, me cuenta que tiene un hijo pequeño y me narra las cosas que hacen juntos, los planes que tienen, me cuenta hasta el mínimo detalle, cosas que yo había olvidado y que él recuerda a pesar de que no reconozca a ese hijo que lo tiene en ese momento frente a él. Me parte el alma.
Me levanto dándole las gracias y le pago con un billete. - no me des el cambio- . Me mira sonriente y me lo agradece. - Gracias Luis-.
Hoy recordaba mi nombre. Quizás mañana sea uno de esos días en los que me reconozca. Lo miro en la distancia antes de cruzar la calle. Parece mentira como a pesar de haber olvidado casi todo no olvidó su trabajo y no pierde las ganas de hacer lo que hizo toda su vida.
Qué tierno y qué triste al mismo tiempo.
ResponderEliminarMuy bonito.
Un abrazo.
Es un gran consuelo para ambos, el poder seguir adelante y estar cerca a pesar de todo, un abrazo Nieves!
ResponderEliminarUna emotiva historia que demuestra que en ocasiones la vida no es todo lo justa que debería.
ResponderEliminarBesos Nieves, cuídate 💐
Estremecedor texto.
ResponderEliminarBesos
Entrañable
ResponderEliminarNo me estuve conectando pero, cuando lo hago paso a leerte
Besos
Muchísimas gracias por estar ahí, visitarme y leerme . Sois fantastic@s
ResponderEliminarBesitos y abrazos a tod@s
AHHHHHHHHHHHHHHHHH QUE NO ME TOMA LOS COMENTARIOS Y CIERRA MI PÀGINA
ResponderEliminarBESOS