Hace frío. Él se ha desplazado a la barra del bar para pagar y ella lo mira. Lo mira relajada desde la mesa donde han estado cenando, se muerde el dedo corazón sin presionar demasiado mientras vuelven a ella los recuerdos de algunas horas atrás, cuando yacía desnuda bajo las mantas de esa cama, él salía del baño igualmente desnudo, se acercaba a ella, la destapaba para observarla desnuda un instante antes de tenderse sobre ella, sobre su espalda.
Él le sonríe en la distancia mientras el camarero termina de atenderle. Ella sonríe mientras recuerda sus susurros, mientras que recuerda su peso sobre su espalda y sus labios mordiendo su oreja. Quiere volver a casa, a cobijo del frío aire del invierno más hermoso, y vuelven despacito dados de la mano. Ella lo abraza en mitad de la plaza, a la vista de todos lo besa, se pone de puntillas y acaricia su cabeza mientras escucha un te amo que guarda en su bolsillo, justo después él la besa y ella le dice que la lleve a casa. Te quiero amor mío.
Que este amor perdure! Un abrazo Nieves!
ResponderEliminarApasionada niña, bello tu cuento
ResponderEliminarBesos
Hermosa historia.
ResponderEliminarBesos 👏
Hola Nieves.
ResponderEliminarCuanta pasión en tus textos.
Besos
Se diría que el peso sobre su espalda no le ha agobiado demasiado.
ResponderEliminarBesos.
Amore mío!!! ♥
ResponderEliminarBesos =)))
:)
ResponderEliminarNo se puede ser más feliz.
Besos.
Gracias por pasaros y dejar vuestra sonrisa al leerme.
ResponderEliminarBesitos y feliz día chic@s :)