El conductor vio al niño haciendo dedo en mitad de su ruta, en mitad de dos pueblos ampliamente distantes. Cuando paró el auto a la altura del chico reconoció el traje de ese colegio. Recordaba ver a los niños corretear por las plazas con ese atuendo. El niño al ver que el auto para sube callado, no saluda, no dice nada. El conductor al ver que no dice nada le pregunta donde quiere que lo lleve.
"Yo le diré donde me bajo" contesta el niño como ausente mirando por la ventana.
"¿ Vas a la escuela? "
"No" Contestó el niño con desgana
El conductor cuando vio que no contestaba mas que con monosílabos dejó de preguntar y viajaron un buen trecho en total silencio, solo alterado por las piedras del camino que golpeaban los bajos del viejo auto. En un momento del viaje, cuando se acercaban a un cruce el niño habló; "En ese cruce me bajo" - no dijo más-. El conductor paró, el niño bajó, en mitad de la nada, lejos de cualquier lugar. Cuando fue a arrancar, el coche despide un fuerte olor a quemado, le sobresaltó, el auto no arrancaba y el hombre sobresaltado salió para ver de donde provenía ese olor, el auto no parecía tener nada anómalo, la puerta de donde se bajó el niño aún estaba abierta. Miró la esterilla del suelo del auto de donde estuvo sentado el jovencito y parecía quemada, pero al tocarla estaba fría, se asomó a los bajos del coche y no había nada anormal. Cerró la puerta del auto y miró buscando al niño. Había pasado apenas tres minutos desde que paró en aquel cruce en mitad de la nada. Podía ver el campanario del pueblo, el horizonte se dibujaba claro, aún así el niño desapareció, no sabía que dirección tomó. Miró el camino de tierra y observó sus propias huellas bordeando el coche, buscó las del jovencito que se bajó escasos minutos antes. No había nada. El niño no estaba. Simplemente se esfumó.
Hola Nieves.
ResponderEliminarIntrigante, tenso y me atrevería a decir que alegórico. Me ha encantado.
Besos
Muy misterioso este niño, Nieves, da yuyu...
ResponderEliminarBesos 🌸
Mundo al revés. Hay que prevenir a los adultos de que no cojan en el coche a niños desconocidos.
ResponderEliminarBesos.
Un guión para un cortometraje de terror salía con este relato.
ResponderEliminarUn beso.
Es un caso real Nieves, lo escuché al protagonista hace pocos días contarlo en primera persona, no tenía explicación, es un hombre reconocido pero sencillo de pueblo, Pedro, no recuerdo el apellido, está desconcertado, el detalle que falta es que a la derecha estaba el cementerio y a la izquierda la casa del cura, gracias por traer la historia, un abrazo!
ResponderEliminarYa no dudo de nada.
ResponderEliminarPodría ser.
Besos intrigados.
Podría tratarse de un niño fantasma. Hay tantos misterios sin resolver.
ResponderEliminarAbrazos.
Ups!😳
ResponderEliminarBesosss