Apenas hacía un par de meses
que Lima, un perrito de siete meses vivía con ella en el 4º A de ese viejo
bloque de pisos.
Un
extraño virus estaba haciendo morir súbitamente a todas las mascotas de
barrio. Todos estaban asustados y el silencio de las familias afectadas no tranquilizaba
sino que creaba aún más incertidumbre a todo aquel acontecimiento.
La
muchacha decidió tras una visita rutinaria al veterinario verificar que Lima
estaba sana y fuerte y en los últimos días decidió que dormirían juntas...
Una de
esas noches en estado de duermevela sintió como Lima le lamía el pie.
Al
despertar vio un papel grisáceo, de esos reciclados y ásperos a los
pies de su cama.
Agitada
e inquiera lo leyó...
“No
sólo los perros lamen"
Abrió
los ojos con temor y asombro. Un escalofrío y un repentino sudor frío recorrió
todo su cuerpo. Miró a Lima que yacía en su mantita de rayas naranjas y
blancas. Se acercó a la perrita, verificó con pánico y desazón que su amiguita
ya no dormía. La abrazó sintiendo su cuerpo frío e inerte...
“No
sólo los perros lamen"
Aquella
nota quedó olvidada tirada en el suelo
Ahhhhhh
ResponderEliminarNo puedo decir mas, mi compañerito partió hace unos meses
Besos
Magnífico relato, Nieves.
ResponderEliminarTriste ver partir a quienes nos dan tanto...
Besos, buena semana
Mis muertos a veces me visitan.
ResponderEliminarNieves, siempre nos sorprendés con estos buenísimos relatos escalofriantes, un abrazo!
ResponderEliminarque triste! un relato lleno de sentimiento.
ResponderEliminarbesos
Gracias por vuestras visitas amig@s
ResponderEliminarMil besos y feliz fin de semana
:D