En ocasiones suele suceder.
La tormenta estalla en el momento menos esperado. Una vez más, así sucedió.
Laura y Susana eran amigas desde la infancia, uña y carne, no se habían separado mas que en las obligadas vacaciones de verano familiares. En la adolescencia ambas comenzaron a salir con sus respectivas parejas, que como no podía ser de otra forma tuvieron que hacerse amigos, a ambos no le quedaba otra opción, aunque por suerte Andrés y Francisco se cayeron bien desde el principio. Los cuatro estaban muy unidos desde que eran veinteañeros, habían pasado todo tipo de vivencias, de las mas alegres a las mas tristes, las dos parejas eran como familia y parecía que el destino así quería que fuese, porque el hijo de Andrés y Susana pretendía a la hija de Francisco y Laura, y todos los indicios decían que ese amor era correspondido. -pero esa, es otra historia amig@s-
Habían planeado aquel viaje hacía meses. Cuatro días en la Sierra, en un pueblo donde solían ir a menudo, alquilaron una casa rural, harían senderismo, visitarían el pueblo vecino... cada minuto del viaje estaba organizado.
El segundo día, Jueves por la tarde, estaban en la casa alquilada, un frío polar había invadido la zona inesperadamente, Francisco encendió pronto la chimenea y las mujeres los animaron para pasar el día en casa, pasar la noche junto a la lumbre tomando copas, y de tertulia noctámbula, era algo que siempre disfrutaban.
Susana se había torcido un tobillo aquella mañana en la visita de las Cuevas y aunque no era grave prefería reposar antes de que fuese a peor y fastidiar el resto de los día.
Francisco hablaba por teléfono en esos momentos con su hija.
Susana se había torcido un tobillo aquella mañana en la visita de las Cuevas y aunque no era grave prefería reposar antes de que fuese a peor y fastidiar el resto de los día.
Francisco hablaba por teléfono en esos momentos con su hija.
Andrés y Laura salieron de la casa para comprar bebidas y alguna que otra cosa para comer. Llovía con fuerza, las gotas de lluvia golpeaban las chapas, la mesa del jardín, el capó del coche...
Andrés entró en el vehículo a carcajadas después de la amplia carrera que tuvo que dar para llegar, descubrió que ambos estaban empapados, "¿Volvemos?" "No, que mas da, tenemos que ir de todas formas, en media hora estaremos aquí". Emprendieron el camino, diez minutos después estaban en el supermercado comprando y media hora después de haber salido de casa ya estaban montados en el coche de vuelta. Lejos de amainar, la tormenta cada vez se hacía mas fuerte. Laura se asustó al ver que Andrés aparcaba en la calzada, la carretera estaba imposible de transitar, la lluvia era tan intensa que no se veía nada, "Estamos tan cerca... " la mujer comenzó a tener un poco de miedo. Andrés estaba callado, con las manos en el volante, se le notaba tenso, "Estoy enamorado de ti". "¿ Qué estás diciendo? déjate de tonterías estas bromas no me gustan" la mujer mantenía una pose de sonrisa.
"No es ninguna broma Laura, llevo años con este sentimiento dentro. A Susana la quiero, si, pero no como debería, es a ti a quien amo. Sé que es una locura, que me arriesgo a perder mucho con esto que te estoy diciendo, pero siento que me quema por dentro, se está pudriendo dentro de mi. No puedo vivir con esto... "
Laura tuvo miedo, no sabía como reaccionar, que decir, que hacer. Sentía como si todo aquello fuese una terrible pesadilla.
"No sé que decirte Andrés, perdóname si he podido decir o hacer algo que te hiciera pensar algo que no es... Amo a Francisco con toda mi alma y a Susana para que decirte, es como mi hermana. No deberías haber dicho nada, tengo la terrible sensación de que lo has estropeado todo... "
Laura tuvo miedo, no sabía como reaccionar, que decir, que hacer. Sentía como si todo aquello fuese una terrible pesadilla.
"No sé que decirte Andrés, perdóname si he podido decir o hacer algo que te hiciera pensar algo que no es... Amo a Francisco con toda mi alma y a Susana para que decirte, es como mi hermana. No deberías haber dicho nada, tengo la terrible sensación de que lo has estropeado todo... "
Cuando volvieron a casa, ambos actuaron con sublime naturalidad, dos días después volvieron a su ciudad, comenzaron su cotidianidad, revelaron las fotos del viaje, quedaban casi todas las semanas para ir al karaoke, a fútbol, o simplemente para pasear en el parque y tomar unas cañas de cerveza...
Pero... a Laura no se le quitaba de la cabeza aquella tarde, aquella tormenta seguía dentro de ella, retroalimentándose, en muchas noches pensaba que debía ser sincera con su esposo y contarle lo ocurrido, pero sabía que ese acto sería el fin de su amistad, sus hijos... demasiado dolor estallaría con aquello. Así que vivía evitando los comentarios de Andrés que hasta entonces no tuvieron importancia, evitaba quedarse a solas con él, permanecía en una tensión constante que la estaba consumiendo...
Una autentica encrucijada de la que no sabía cual era el camino correcto, el camino acertado.
Una pena que Andres se enamorara de la persona equivocada. Se tenía que haber callado sus sentimientos,total él sabía que no le correspondía. Es curioso cómo a veces se puede estropear una bonita amistad... Ya todo ha cambiado!!! Buen relato Nieves!!
ResponderEliminarMil besos!!!!
Como se puede estropear una amistad, que dilema el de Laura
ResponderEliminarAbrazos
Que confundidos estamos cuando creemos que lo tenemos todo controlado, siempre se nos escapa algo,vivimos en una permanente encrucijada.
ResponderEliminarBuen relato,Nieves.
Un abrazo.
Nieves, mi consejo no pedido es que quien tenga algo dentro como esto lo guarde muy bien o lo confiese solo a un sacerdote o analista, jamás decirlo a su pareja, muy cómodo sacarse el peso y pasarlo a otro, pero tendrá consecuencias para todos, un abrazo!
ResponderEliminarMenudo problema, hasta lo que considerara más acertado pudiera no serlo, no se yo...
ResponderEliminarBesos
Me recordaste a una amiga, Noelia, siempre jugo a mal con otra compañerita, y de grandes amigas, se convirtieron en lejanas desconocidas.
ResponderEliminarUn abrazo Nieves, :)
Menudo ojo clínico que tiene Andrés, cualquiera pone un negocio a medias con él.
ResponderEliminarBuen relato Nieves.
Muchisimas gracias, amigos y amigas por vuestros comentarios tan acertados.
ResponderEliminarDeciros que la historia es totalmente ficticia, pero claro la vida tiene esas, que supera con creces cualquier ficción.
En estos caso yo personalmente optaría por el silencio, sea como sea es una verdadera encrucijada...
Mil besos a todos a todas :)