El NeXo común

Me dejo llevar por la ensoñación...
Por el momento en el que a pesar  de la oscuridad  total del lecho siento su presencia,
inmóvil, con los ojos siempre cerrados presiento y siento su  respiración, cerca, muy cerca,
sus labios entreabiertos apenas parecen  descansar en mi rostro.
el olor a gel de avellanas impregnan todos mis sentidos.
inmóvil con los ojos siempre cerrados siento como mueve lentamente la cabeza en la almohada,
aspiro entre la comisura de mis labios su aroma, su esencia, su fuerza, su alegría... todo eso que me embauca y  me deja desarmada, sin oportunidad a valoraciones y lógicas.

Me dejo llevar por la ensoñación...
por un momento siento como su mano con un movimiento arácnido  recorre mi vientre hasta por fin descansar en alguna parte de la espalda.
Me acerco, aún mas si cabe,  descanso en su hombro, en su cuello.
duermo...

Me dejo llevar por la ensoñación...
La luz del alba entra por la ventana. Las sombras de la noche se hacen figuras,  me atuso el cabello y lo retiro de mi rostro.

Le miro, me mira, en silencio... 
inmóvil, con los ojos abiertos, sin  saber muy bien que decir,  por donde empezar...
Son peculiares, son diferentes, son extraños que se encontraron en un punto indeterminado y descubrieron un nexo que aunque sutil ambos lo percibían con fuerza.
Ahora en ese punto de no retorno él la miraba con cautela y ella como la niña que mira una atracción nueva  en el parque temático.

Me mira, sonríe, en silencio...
- ¿ Cómo puedes estar siempre tan contento ?  Susurro

- Muy fácil, no soporto estar triste.  Responde con mi mismo énfasis.
Tenía motivos para estar triste. En ese momento no lo sabía.  Sólo me deslumbraba su positividad y energía desmesurada en ocasiones, su gran sentido del humor y escaso sentido del ridículo.

Me mira, sonríe, se acerca,  me abandono...
siento por primera ves su beso,  aspira entre la comisura de sus labios mi aroma, mi esencia,  mi fuerza, mi energía... todo eso que le embauca y lo deja desarmado, sin oportunidad a valoraciones y lógicas.

Nada es eterno lo sé.
pero quien quiere eternidad cuando se tiene la efímera  intensidad de pequeños retasos de vida que resultan tan potentes como la bajada del   FURIUS BACO