Cuatro caminos hacia María

María era una joven madre soltera que vivía en un pueblo de 500 habitantes, desde que Marcelo nació ya no fue nada igual, así que después de mucho meditar  decidió marcharse de allí.

Una noche cogió en brazos al niño de diez años y se marcharon sin avisar...

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Los padres a pesar del gran disgusto en el fondo comprendían que ya llevaba la joven arrastrando las incómodas miradas y los murmullos al pasar durante demasiado tiempo ... lo comprendían pero les molestaba que no hubiera sido sincera con ellos y les hubiera comunicado su marcha.

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La tía de María, Claudia,  se despertó en mitad de la madrugada agitada y nerviosa, una terrible pesadilla la despertaba desde hacía 3 noches. Y fue en aquella tercera noche cuando decidió llamar a su hermano  a pesar de que fueran  las tres y media de la madrugada.

Le contó que soñaba con María, tenía un terrible accidente y solo veía el número 13, que se repetía en todo el sueño.

El padre de María  no pudo evitar ponerse nervioso y la intranquilidad llegó a él,  ya que su hermana Claudia tenía de ves en cuando sueños premonitorios los cuales siempre resultaban ocurriendo.

¿ Pero que hacer?

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A varios kilómetros de allí un matrimonio pasaba el fin de semana en una casa rural que alquilaron, se marchaban al día siguiente pero la mujer se despertó a las dos de la madrugada con la insensata idea de volver inmediatamente a su casa, el marido que fue despertado a codazos intentó hacerle ver que era absurdo marchar en esos momentos, lo harían por la mañana tan pronto saliera el sol pero la mujer estaba en un estado de nervios bastante importante y el marido acepto.

Por el camino de vuelta a casa hablaban sobre lo ocurrido y la mujer no podía dar una explicación lógica,  sólo sabía que tenia que volver a casa ya.

Mientras hablaban la mujer comenzó a ver una silueta tirada en la carretera, se quedó paralizada, parecía ser una mujer desnuda, blaquesina...

- PARA, HAY UNA MUJER TIRADA EN  LA CARRETERA, NO LA HAS VISTO!!!

El marido asustado frenó en seco, salio del coche y ando presuroso varios metros atrás, pero no había nada, no  había nadie...

Ante la insistencia de la mujer pararon en la jefatura de policía del siguiente pueblesito, y contaron lo sucedido.

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El agente especial Rodriguez  aún con las luces del alba se dirigió al lugar exacto que le indicaron. 

Paró en el estrecho arcén y visualizó minuciosamente el terreno...  encontró unas bailarinas tiradas en mitad de la carretera, - cuantas posibilidades había de encontrar una zapatillas justo en el lugar indicado-...

decidió echar un vistazo por la cuneta, los árboles y la espesa vegetación justo en las lindes de la carretera le impedía poder ver con claridad pero con las zapatillas en la mano dio un par de pasos adentro... una rebeca colgaba de una rama.... dio otros tímidos pasos con sumo cuidado porque sabía que el barranco estaba cerca,  a unos escasos metros...

Justo cuando pensaba volver al coche para pedir refuerzos un color rojo en medio de tanto verde le puso en ALERTA, si, era un coche. Bajó con tanto cuidado que tardó veinte minutos en llegar al coche.

Una imagen terrible le sobrecojio, una mujer en el asiento del conducto yacía muerta, aún sabiendo la evidencia el agente especial Rodriguez tomó el pulso... mientras que lo hacía descubrió con sorpresa el cuerpo de un niño en el asiento trasero...

Abrió la puerta trasera y verificó que el pequeño aún tenía un hilo de vida.

Corrió presuroso hacia el coche oficial, resbaló por los nervios y las prisas un par de veces.

Resultó ser María.  Marcelo había aguantado con aquel hilo de vida y dos costillas rotas 9 días.

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Los abuelos llegaron al hospital con el corazón roto por la perdida de María, pero con la alegría de poder ver de nuevo a su nieto al que amaban.

Marcelo les contó que mamá  no se movió desde que se cayeron por el barranco pero que al rato de haber tenido el accidente una luz salio del cuerpo de mamá y se quedó fuera del coche todo el raro, de día no lo veía pero por las noches de ves en cuando veía esa luz blanca resplandeciente junto a su ventanilla.

Una noche la luz de un coche lo despertó y después de pasar de largo el coche,  vio como la luz que le cuidaba bajaba de nuevo  por el barranco  para estar a su lado.

Cuando Marcelo se recuperó los padres de María fueron al lugar del accidente por si acaso encontraban algo de las pertenencias de su hija...  no encontraron nada, la policía había hecho un buen trabajo pero al subir, camuflado entre la vegetación encontraron un viejo cartel de carretera, estaba roto y oxidado pero en él se podía ver claramente el número 13.

El agente Rodríguez no deja de darle vueltas para buscar una respuesta lógica a ¿Cómo si María murió en el acto 9 días  después pudo verla la Sra. Torres tirada desnuda en la carretera?

Después de varios años de aquel accidente anda dándole vueltas... aunque quizás para ciertas cosas no pueda haber respuestas lógicas, ya que el amor de una madre y la lucha para que su hijo sobreviva puede que sea tan fuerte que ni la misma muerte pueda detenerla.