Aquel verano me dediqué a la contemplación de las estrellas. Por circunstancias que en este momento me da pereza contaros aquel verano tuve dos meses de vacaciones. Llegué a la costa un Sábado, había familias con sombrillas y neveras tomando el sol. Tras un breve vistazo al mar me dirigí al camping para dejar mis trastos en el bungalow que habia reservado un par de días antes.
Aquél verano apenas abrí la maleta, pasé dos meses en bikini y pareo. En la nevera solo hubo tarta y cerveza. Pasaba las mañanas durmiendo, las tardes bebiendo y las noches achispada con las estrellas. Él llegó un Martes cuando yo estaba bebiendo sentada en la mesita del porche, con trenzas en el pelo y roja por el sol ya que el día antes dí un largo paseo para ver el faro que contemplaba en las noches solitarias desde la ventana de ojo de pez que había en el cabecero de mi cama, debo confesar que no era el mejor momento para descubrirme. Se paseaba con sus trastos de buzo todas las tardes mientras yo me comía algún trozo de tarta y volvía cuando estaba en comunión con las estrellas y el cosmos. Un Jueves a su vuelta me dijo que si me apetecía cenar pescado. Acepté. Ya no dormí sola mas ninguna noche. Me despertaba desnuda, cansada y con ganas de sus desayunos.
Aquél verano vi un eclipse de luna, 48 estrellas fugaces y 2 objetos no identificados. Un lunes marché a casa. A mi trabajo de oficina, a mi cuarta planta de piso de ciudad, a noches sin estrellas ni lunas. A días interminables y noches eternas. Y el verano volvió a ser recuerdo y con el tiempo, sin darme cuenta, aquel verano fue engullido por las dunas del olvido hasta que perdí el sabor del pescado, el eco de su voz, su nombre y su tacto.
Cuando miro las estrellas y descubro alguna estrella fugaz no puedo evitar que un soplo a aire levante la arena dorada de las dunas del olvido y me deje al descubierto un recuerdo de aquel fugaz verano...
Hermoso relato, Nieves, muy romántico y poético, un abrazo!
ResponderEliminarP.D. No recuerdo si te avisé de mi cambio de perfil que hace que no aparezca en las entradas.
Por si querés visitarme, en Google: Elblogdemariacristina.blogspot.com
Qué bien contado, Nieves. Me ha encantado.
ResponderEliminarBesos.
Hola Nieves.
ResponderEliminarVeranos que quedan atrás en el recuerdo. Entre la melancolía y la felicidad.
Besos
Nunca olvidaré Verano Azul. Ni la muerte de Chanquete.
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