Hoy encontré en una vieja caja llena de polvo y olvidada en el tiempo mi viejo sacapuntas rojo. Recordé que lo heredé de mi hermana. Lo colocaba en la esquina de mi mesa al llegar a clase y en las asignaturas más flexibles me levantaba a sacar punta al lápiz. Con mi sacapuntas rojo iba a la esquina del aula donde siempre coincidíamos varios en el borde de la papelera, a veces era difícil la libertad de movimiento, pero convertíamos aquel rincón en una especie de ágora donde todo se hablaba y todo se sabía. Allí descubrí la felicidad, supe que Ana la chica más lista de la clase estaba colada por mí.
Hola Nieves!
ResponderEliminarMe recordaste aquello de... "¿Me ajuntas? ¡Sacapuntas!" jajaja
Besos.
Creo que se consuela con gustarle a la más lista, porque mola más que sea la que está más buena.
ResponderEliminarBesos.
Lo que demuestra que la felicidad se encuentra en el lugar menos pensado, un abrazo Nieves!
ResponderEliminarQue delicia!!!! tus letras me hicieron sentir el olor de la viruta de los lápices, que delicia!
ResponderEliminarBesos
Breve y sencillo pero lleno de candidez y ternura.
ResponderEliminarBesos, Nieves.
Lindo, lindo!!💗❤💗
ResponderEliminarBesos Nieves =)))