Ella rezó, día y noche, para que le diera una familia; un hombre que la amara y un hijo a quien amar. Rezó durante tanto tiempo que creyó que no habría más que plegarias y deseos.
Ella miró con los ojos bien abiertos como su hijo presa de delirios y tormentos cerraba su puño alrededor de la serpiente como extraño y siniestro desconocido.
Ella rezó y todas sus plegarias se le concedieron, lo tuvo todo, todo lo que pidió en sus noches más solitarias. Tras un puñado de años perfectos como perfectas ensoñaciones hoy sabe que pasó por alto algo importante. El Diablo es mentiroso.
¡Hola Nieves!
ResponderEliminarQué macabra jjj Buen relato corto :)
Besos
Ay Nieves! El pulso no te tiembla para hacernos aterrorizar! Un abrazo!
ResponderEliminarEsta muy chulo, Nieves!!!
ResponderEliminarEsa cabecita tuya...no descansa,jejeje
ResponderEliminarUn beso.
WOW! que impresionante!
ResponderEliminarHola Nieves, estuve desconectada, miblog se bloqueó y hasta ayer no podía entrar
Me alegra recuperarte ;)
Besos
Bonita historia
ResponderEliminarBesos