Federico murió hace tres años dejando a María viuda a los 45 años y con hijos adolescentes.
Ella dejó su pipa guardada en la cajita donde él la escondía, sus zapatillas de andar por casa junto a la cama y su abrigo en la percha de la entrada.
María guarda dinero a escondidas en el bolsillo del abrigo, así cuando algunos de sus hijos le pide dinero para el cine o ir a la hamburguesería con los amigos ella les dice que miren en el abrigo de su padre a ver si tiene algo. Siempre tiene. Ella lo sabe bien, es su forma de mantenerlo vivo. Su amor nunca morirá y con estos pequeños gestos cotidianos su presencia tampoco. ❤
¡Qué bonito!
ResponderEliminarUn abrazo.
Una tierna historia, Nieves, un abrazo! Ah, y Muy Feliz 2022!
ResponderEliminarQue afortunada forma de mantener vivo el recuerdo, muy bueno el micro.
ResponderEliminarUn abrazo.