Este finde he ido al cine. Cuando me senté vi en la fila 4 un niño con un implante coclear, me llamó la atención porque creo que es la primera vez que lo veía. El niño de unos 10-11 años aplaudía y emitía unos sonidos que me recordaban al sonido de las ballenas. Iba con otros niños y con su madre . Se lo estaba pasando bomba. Aplaudía y se comunicaba con su peculiar forma sonora... y la película comenzó ...
Un hombre sentado en mi fila comenzó a molestarse de aquel sonido que si bien no era continuo de vez en cuando se escuchaba. Imagino cuando algo le divertía. El hombre exclamó un 'basta ya' y vi como su madre le agarró de la mano y le dijo algo. La noté un poco inquieta. Imagino que sufría en silencio. Yo también sufrí en aquel momento... porque sabía que era un niño que se divertía y esa era su voz, su forma de comunicarse y para alguien era molesto. Imagino que si ese hombre hubiera sabido lo que yo sabía no hubiera lo mandado a callar. Pero me di cuenta que sufrí en aquel momento. No por el niño que se lo estaba pasando en grande pero si por su madre y porque me di cuenta lo susceptibles que somos y que vivimos en nuestra burbuja sin observar el mundo que nos rodea . Un mundo cercano pero que no vemos.
Cuando me levanté para marcharme con mi propia lucha y limitaciones aquel niño ya se había ido. La vida siguió pero hoy me doy cuenta que hay detalles que no pasan desapercibidos y se quedan en tu memoria.
Hola Nieves.
ResponderEliminarHay muy poco respeto hacia los demás y se ve bastante en el cine. Protestar sin saber, o molestar a sabiendas son algunos buenos ejemplos.
¡Feliz semana!
Es curioso... Lo intolerantes que somos a veces... Yo no tengo tan claro que ese señor que se quejó no lo hubiera hecho si hubiera sabido lo del implante. Igual habría protestado sin importarle nada. Y sí, lo de la madre... Hace poco escribí un artículo de opinión en el diario en el que trabajo diciendo que los padres de los niños con alguna discapacidad son auténticos héroes. Sufren, sacan a sus hijos adelante, hacen todo lo posible por que lleven una vida lo más cómoda posible y, además, haciendo un esfuerzo sobrehumano para que sus hijos no sean conscientes de ello.
ResponderEliminarBesos.
Lo que sentiste revela tu buen corazón, Nieves, al solidarizarte con la mamá de ese chico. Y es verdad lo que manifiesta Dorothy, un abrazote!
ResponderEliminarCon la cantidad de niños maleducados a los que nadie dice nada —ni siquiera sus maleducados padres— y se van a fijar en una pobre criatura que lo único que hace es divertirse sin molestar a nadie (a casi nadie).
ResponderEliminarBesos.
Un texto que nos hace recapacitar y como siempre un placer leerte.
ResponderEliminarUn saludo. Angel
Uno paga su entrada para ver una pelicula tranquilamente y que un mocoso o persona mayor meta bulla, lo hago callar, para meter bulla esta la calle o que lo haga en su casa.
ResponderEliminarEse niño se estaba divirtiendo ya que al fin podia escuchar y es natural que lo exprese, en el lugar de la madre yo no lo hubiese reprendido al niño y si al hombre indicandole que hay funciones (horarios) para todo publico y otros para personas mayores (horario) y lo mandaba a la mierda al viejos proteston.
Como ves la moneda tiene dos caras
Besos
Si hablan en el cine o hablan por el movil los hago callar, si son niños no, el que haya tenido hijos, sobrinos, hermanos, sabe que los peques disfrutan sonoramente
ResponderEliminarPero en este mundo hay mucha intolerancia, los sensibles deberían ir a vivir al desierto :)
Besos