Sofia vivía en un ámbito rural, en una casa centenaria, donde había nacido su abuela y su madre, donde nació ella y donde pensó que nacerían sus hijos.
Aquella tarde de finales de Mayo, el mes de Mayo mas caluroso que alcanzaba recordar, se sentó en su porche, sentía como algo le oprimía el pecho, miedo, añoranza, aquella incertidumbre le hizo recordar aquella tarde de Septiembre quince años atrás.
Se recordó sentada en los peldaños del porche, con la mirada fija a la carretera de albero, esperando llegar a su perro Rocco, cuando llegó de la escuela ya no estaba en casa, no era la primera vez que saltaba las vallas y marchaba todo el día para explorar territorios nuevos para él. Cuando llegó la noche y Rocco no volvió supo que no lo haría nunca más.
Su padre se sentó junto a ella y le dijo que volvería, habría encontrado algún entretenimiento pero en algún momento se acordaría de su hogar. Sofia lloró desconsoladamente, se fue a la cama sin cenar y pasó largo rato asomada por la ventana esperando verle llegar, con sus patitas blanca, con su oreja negra, aunque ya a esas horas el camino no se veía.
Aquella tarde de finales de Mayo tenía esa misma sensación, miraba el camino ya asfaltado y perfectamente iluminado, miraba tan lejos como le alcanzaba la vista, hasta la curva de la casa de los franceses. Cuando el sol se perdió entre los árboles y las sombras se fueron alargando esperaba ver las luces de su coche, pero los minutos fueron pasando y el cansancio del día la vencía a pesar de su incertidumbre y el sopor de un Agosto que se derramaba en un desconocido Mayo. Se fue a la cama sin cenar, miró un momento el camino desde la ventana de su dormitorio por pura inercia y se tumbó en la cama, teniendo la certeza de que Bruno como Rocco nunca volvería. Con la certeza que amar duele, en el pecho, en las entrañas, en los huesos, hay que ser valiente para amar y no morir en el intento.
Nieves, dolorosa historia de abandono, a veces nos toca esa parte, pero lo importante es haber amado, un abrazo!
ResponderEliminaris an honor to read you kisses
ResponderEliminarLa angustia de la espera es angustiante, alimentada por una chispa de esperanza que, con el paso del tiempo, poco a poco se apaga y deja la tan desoladora sensación de abandono.
ResponderEliminarUna triste historia, bien contada.
Un abrazote, Nieves.
Amar trae dolores y no amar trae amargura
ResponderEliminarPrefiero amar
Pero cuando unos es pequeño esos dolores quedan grabados a fuego
Buen fin de semana
Besos
La esperanza termina desapareciendo y es cuando se es plenamente consciente de que ya no...
ResponderEliminarBesos Nieves, buenas noches
Toda perdida trae dolor.....y cada vez que el recuerdo vuelve, el dolor aparece y tenemos la sensación que nunca lo podremos superar...Pero todo pasa...
ResponderEliminarMil besos!! Buen Finde Nieves!!
Dicen que el tiempo todo lo borra. Pero hay tragos en la vida que jamás se consiguen olvidar.
ResponderEliminarBesos Nieves.
Afortunado es quién pasa por la vida sin vivir momentos angustiosos.
ResponderEliminarUn abrazo,Nieves.
me gusta tu escrito no soy nadie para juzgarlo lo admiro y te veo
ResponderEliminarGran relato, tienes razon, hay que tener valentia para el amor ya que no todas las historias tienen final feliz, saludos desde El Blog de Boris Estebitan.
ResponderEliminarMuchas gracias a todos por vuestras palabras y visitas, espero hayáis tenido un buen fin de semana y tengáis una mejor semana.
ResponderEliminarBesitos amig@s
Saludos especialmente a Recomenzar y boris que son nuevos en este rinconcito nuestro
:)