Damian estaba en Roma grabando un anuncio a causa de su trabajo cuando se enteró que el cuadro de "La última cena de Leonardo Da Vinci" estaba en la ciudad como carácter extraordinario.
- Tengo que ir como sea. Le comunicó a su manager.
En la mañana siguiente los dos se dirigirnos al lugar de la exposición.
No había posibilidad de entrar. Las entradas se debían reservar con tres meses de antelación. Damian en un acto desesperado pidió que pagaba lo que hiciera falta aunque la entrada fuera tan sólo de 6 €. Aquella era una oportunidad única.
Los encargados en el evento no dieron su brazo a torcer "con ese cuento venían muchos todos los días"
-La única posibilidad es que el último grupo del día que está por llegar tenga alguna entrada libre y te dejen entrar con ellos. Le explicó ante su insistencia uno de los organizadores.
Esperó unos pocos minutos.
Nervioso e impaciente se dirigió a una mujer que parecía ser la encargada y le preguntó sin perder tiempo si tenia una entrada libre, le dijo que sí! El joven estaba obnubilado ante esta oportunidad única.
Entró con el grupo, pasaron por el pasillo como si de una cárcel se tratase, compuertas se abrían al paso de grupo conforme se cerraban a su paso. Estando ya en la última compuerta Damián se digirió a la encargada del grupo y le preguntó aún nerviosos por el momento "cuanto le debía por la entada."
- Nada, nada... no importa.
- Cómo que nada, encima de que me has hecho este gran favor!!!
- Es que nos ha costado un euro...
- Como que un euro no eran 6?
- Si pero como somos un grupo de educación especial tenemos precios especiales.
Entonces en ese momento Damían descubre que era un grupo de niños con síndrome de Dawn y alguno con sillas de ruedas. La emoción le había hecho omitir ese detalle. En ese momento se sintió super mal porque tenía la sensación de aprovecharse de las circunstancias... Una niña le cogió de la mano y lo acompaño por el pasillo... La ignorancia le hizo pensar en que si aquella niña de 12 años podría saber que la última cena de Leonardo era ... LA ÚLTIMA CENA DE LEONARDO...
La niña lo llevó frente a ese inmenso cuadro de mas de 8 metros de largo y 4 metros de alto, la niña no miró al cuadro, lo miró a él... sonriendo y le dijo "Aquí lo tienes"
***
Cuando salió de la exposición agradecido y feliz por lo acontecido, en el coche camino al hotel junto a su representante le contó lo sucedido...
- Esto es el Karma. Le contestó el representante convencido
- Qué Karma!!!
- Cuantas veces has ayudado tu a chicos con calendarios y tantas cosas desinteresadamente!! Ahora te ha sido devuelta esa ayuda con igual altruismo. Deberías sentirte bien porque la vida te ha devuelto con un gran gesto tus grandes gestos..
¡Bonita historia!
ResponderEliminarTodo nos vuelve (bueno, malo, o regular) es como un boomerang, lo lanzas y...
Besos, buena tarde dominguera
Qué bonita historia,Nieves! Me ha encantado. Creo en eso del Karma, aunque a veces no nos demos cuenta como le ha ocurrido al protagonista de la historia.
ResponderEliminarMil besos!!!
Como siempre me asombras con tus textos, me encantoo!!
ResponderEliminarCreo en el karma. Siempre he creído en él.
ResponderEliminarBesos
Tu historia es muy tierna y, aunque no creo en el Karma o por lo menos no me preocupa, lo ensamblaste muy bien en el final.
ResponderEliminarNieves, un gran abrazo.
MUCHAS GRACIAS A TOD@S !!
ResponderEliminarHe estado un poco desconectada estos días pero es que esta gripe no me quiere abandonar tan facil.
Aún sigo con sus síntomas :(
Pero a ratos me siento mejor, espero estar recuperada al 100% muuuuuy pronto.
Besos :)