La invitación

En las últimas semanas había tenido especial facilidad para perderse en musarañas, ella que ya por si sola, sin motivo, tendía a montarse largometrajes de todo tipo; cuando ocurría algo, ya fuera lo mas mínimo, era suficiente para divagar y especular, ese echo se convertía en caldo de cultivo para su cabecita.

Cada mañana o a mitad de la noche...

Descubría  que había vuelto a entrar en sus sueños

a compartir su mundo onírico

Aventuras y diversiones de lo mas dispares, absurdas y extravagantes

Empezaba a ser  habitual... incluso en los sueños le esperaba si tardaba en llegar

No sabía por qué  sucedía pero tampoco  se preocupaba

porque  aunque había pasado muchos años, nunca olvidó que un día le dio permiso para entrar.

Una noche, de esas que se pasan hablando confidencias, secretos y se terminan hablando de cosas surrealistas, entre bromas, terminó dándole permiso:

- Estás segura, no te aburrirás de mi?  Se aseguró de su afirmación

- Segurísima, puedes venir a mis sueños cada vez que quieras. Tienes mi invitación para entrar en mis sueños y compartirlos  conmigo. Le dijo.

Aún después de tantos años, sin tener la certeza de porqué ocurre, como si aquella invitación hubiera sido un extraño pacto, son muchas las noches que aparece en sus sueños, sueños siempre divertidos y con argumentos de lo mas kafkianos,
sueños en los que se siente cómoda y cercana a este amigo que no ve desde hace años y  en cierta forma sabe que hoy sería un total desconocido  para ella.
Al despertar y cada vez que tiene un momento para pensar a lo largo del día...
recuerda lo soñado
y 

sabe que aunque está en algún rincón del mundo sigue compartiendo historias en  un mundo muy especial...
el onírico

_________________


* Tened cuidado a quien invitáis a vuestros sueños
porque puede que... como si de un vampiro se tratase una ves que se le das permiso a entrar
tiene plena libertad a visitaros tanta veces como desee  y para siempre, siempre.... *